1.- Envejecimiento
prematuro de la piel:
La radiación UVA tiene un
efecto directo sobre la capa subcutánea, que puede llegar a alterar la
estructura de las fibras de colágeno. Como consecuencia, se pierde elasticidad
y la piel tiende a arrugarse y volverse áspera o, lo que es lo mismo, a
envejecerse de forma prematura. Evítalo controlando las horas de exposición al
sol que son más peligrosas, entre las 12.00 y las 18.00 h, y protegiendo
siempre la piel con crema solar de un factor elevado.
2.- Quemaduras en la piel e
insolación:
Cuando tomamos el sol de
forma prolongada y sin protección aumentamos el riesgo de sufrir quemaduras de
segundo grado, dolores de cabeza e incluso fiebre debido a la insolación. La
solución es tan sencilla como moderar el tiempo al sol, evitar las horas en las
que los rayos son más nocivos, usar siempre con crema solar, mantenerse
hidratado y proteger la cabeza con una gorra o visera.
3.- Problemas de circulación:
El calor es un gran
enemigo para nuestras piernas. Hace que las venas se dilaten y la sangre no
circule tan bien como debería, ocasionando pesadez y sensación de piernas
cansadas. La exposición prolongada al sol solo agrava el problema, por lo que
se recomienda sustituirla por una caminata por la playa con los pies descalzos
para favorecer la circulación. Conviértelo en tu rutina veraniega y combínalo
con un medicamento vasoprotector, con el que conseguirás reducir la hinchazón y
el dolor y facilitar la microcirculación.
4.- Problemas en la vista:
Mientras que las horas
centrales del día son las peores para exponer la piel al sol, al hablar de los
ojos debemos extremar la preocupación al amanecer y al atardecer. Es en este
momento cuando el sol está más bajo y afecta más directamente a los ojos,
pudiendo causar inflamación de la córnea a corto plazo y cataratas a largo
plazo. La solución: ten siempre a mano unas gafas de sol que realmente te
protejan de los rayos ultravioletas.
www.grupodivas.com
www.divasbeautynoticias.blogspot.com
grupodivascomunicaciones@gmail.com
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efecto directo sobre la capa subcutánea, que puede llegar a alterar la
estructura de las fibras de colágeno. Como consecuencia, se pierde elasticidad
y la piel tiende a arrugarse y volverse áspera o, lo que es lo mismo, a
envejecerse de forma prematura. Evítalo controlando las horas de exposición al
sol que son más peligrosas, entre las 12.00 y las 18.00 h, y protegiendo
siempre la piel con crema solar de un factor elevado.
2.- Quemaduras en la piel e
insolación:
Cuando tomamos el sol de
forma prolongada y sin protección aumentamos el riesgo de sufrir quemaduras de
segundo grado, dolores de cabeza e incluso fiebre debido a la insolación. La
solución es tan sencilla como moderar el tiempo al sol, evitar las horas en las
que los rayos son más nocivos, usar siempre con crema solar, mantenerse
hidratado y proteger la cabeza con una gorra o visera.
3.- Problemas de circulación:
El calor es un gran
enemigo para nuestras piernas. Hace que las venas se dilaten y la sangre no
circule tan bien como debería, ocasionando pesadez y sensación de piernas
cansadas. La exposición prolongada al sol solo agrava el problema, por lo que
se recomienda sustituirla por una caminata por la playa con los pies descalzos
para favorecer la circulación. Conviértelo en tu rutina veraniega y combínalo
con un medicamento vasoprotector, con el que conseguirás reducir la hinchazón y
el dolor y facilitar la microcirculación.
4.- Problemas en la vista:
Mientras que las horas
centrales del día son las peores para exponer la piel al sol, al hablar de los
ojos debemos extremar la preocupación al amanecer y al atardecer. Es en este
momento cuando el sol está más bajo y afecta más directamente a los ojos,
pudiendo causar inflamación de la córnea a corto plazo y cataratas a largo
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